El inmueble que hoy alberga a la Secretaría de Turismo del estado, tiene un pasado un tanto tétrico, pues hay una leyenda que aunque poco conocida que retumba en el lugar.
En esta casona ubicada en el Centro Histórico de la ciudad, vivía una mujer con discapacidad, ella se movía en silla de ruedas y para tener compañía en esa casa tan grande comenzó a adoptar gatos.
Un mal día, la mujer cayó de su silla de ruedas y pese a que gritó buscando ayuda, las grandes paredes impidieron que sus vecinos la escucharan. El tiempo pasó y los vecinos se preguntaban por qué no la habían visto por las calles, así que decidieron llamar a la policía.
Debido al reporte, los oficiales procedieron a entrar a la propiedad; sin embargo, no estaban preparados para lo que verían al entrar, pues la mujer se encontraba en el piso con la piel desgarrada; eso no fue todo, pues la escena empeoró cuando los gatos aparecieron alrededor de ella con sangre y trozos de carne de la que fuera su dueña.
Aún hay gente que asegura escuchar gritos y maullidos en el interior de la casona.