Se han democratizado las inversiones. Desde la comodidad de tu teléfono puedes descargar una inmensa variedad de aplicaciones que te permiten invertir en valores tanto nacionales como internacionales, lo mismo acciones que bonos, divisas que criptodivisas, inversiones inmobiliarias y hasta préstamos de persona a persona; y lo mejor de todo: algunas te permiten realizar inversiones desde 30 pesos mexicanos (¡una completa maravilla!, ¿no es cierto?).
Esto es fantástico ya que invertir activamente te ayuda a mantener e incrementar tu patrimonio. Inclusive puede convertirse en una fuente de ingreso adicional o hasta en la principal.
La mayoría de nosotros buscamos tener toda la información posible antes de invertir, tanto del instrumento, como de la estrategia o de la plataforma.
Hay, sin embargo, cuatro aspectos que en mi experiencia las personas no consideramos antes de invertir, y que considero aligeran mucho el camino de un inversionista que está iniciando.
- Tener un fondo de respaldo: es dinero que tienes acumulado y te respalda en caso de que tu estrategia de inversión no salga como esperas, o si algún otro de los aspectos de tu vida se va por un camino inesperado. Los expertos en finanzas personales recomiendan tener ahorrado por lo menos el equivalente a 6 meses de tus gastos fijos. Mencionan también que debe tener una alta liquidez, o sea que puedes disponer de él con facilidad (pero no tanta que si te agarra un ataque de compras te gastes tu fondo); por ejemplo en una cuenta bancaria diferente de la de tu nómina o la que utilizas regularmente, o en un fondo de inversión con disposición diaria.
- Contar con un servicio de salud: ya sea público o privado, debes estar cubierto con servicios médicos ante emergencias, accidentes o enfermedades catastróficas. Cuando estamos sanos, la mayoría de nosotros nos sentimos invencibles y que nunca nos pasará nada, pero puede pasar. Cuántas veces no hemos visto publicaciones en redes sociales de rifas entre amigos o solicitudes de donación para el tratamiento de alguien cercano o de su familiar; así que más vale el trillado pero cierto “más vale prevenir, que lamentar”.
- Protección de invalidez: nuevamente, más vale prevenir. Este punto no se refiere a que suceda algo que solo te deje mover los ojos. No. Se refiere a que, por ejemplo, eres pintor, te caes de la bicicleta y te rompes el dedo índice de la mano con la que pintas, resulta que ya no puedes agarrar el pincel porque te soldó mal, ya te invalidaste. Hay quien puede decir “me las arreglaría de algún modo, aprendería a pintar con la otra mano”. Sí, cierto. Pero mejor prevenir: hay seguros temporales que por un monto muy económico te entregan una suma contratada si te llegas a invalidar. Y así aprendes a pintar con la otra mano, pero con dinero en la cartera y sin angustia.
- Comprender totalmente de dónde viene el dinero que ganas cuando inviertes: de lo contrario no es inversión, es apuesta. O alguien podría aprovecharse de ti (tipo esquemas ponzi como Flor de la Abundancia). Esto es que sepas, por ejemplo, que si inviertes en acciones, puedes ganar comprando a un precio y vendiendo a un precio mayor, o si la empresa en la que invertiste generó utilidades, podría repartirte esas utilidades en forma de dividendos. Este punto podría sonarte lógico, pero te sorprendería lo que la avaricia nos hace pasar por alto.
Estos cuatro puntos prácticos te harán sentir más seguro y tranquilo al momento de invertir, pues al seguirlos sabrás cuál es tu presupuesto mensual y que si algo adverso se presenta puedes resolverlo sin sacar el dinero de tu inversión, o no tendrás que cerrar tus operaciones de manera anticipada, lo que te podría hacerte dejar dinero en la mesa o incluso cerrar con pérdidas. También te protegerán de las “inversiones milagro” que últimamente están surgiendo como champiñones.
Colaboración de Tenoch Ramírez @meditaendinero
Tal vez te interese: Razones por las que te pueden negar un crédito