El Día de la Candelaria es una festividad en donde hay muchas cosas ocurriendo al mismo tiempo, por un lado se visitan las iglesias en compañía de los niños dioses y por otro, están los tan esperados tamales.
Estamos familiarizados con la dinámica del día, pero ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Todo tiene su explicación en el sincretismo entre la cultura prehispánica, la cristiana y la judía.
El 2 de febrero se cumplen 40 días después de Navidad y con ello la purificación de la virgen, tras haber traído al mundo a Jesús, por lo que se visita la iglesia en agradecimiento. También este día coincide con el inicio de la temporada de siembra, en la cultura prehispánica, la cual se celebraba con tamales. Mientras que la aportación judía tiene sus sustento en que se acostumbraba presentar a los recién nacidos a los 40 días de nacidos.
Con el tiempo las tradiciones se acoplaron y es por ello que este día se visten a los niños Dios con distintos atuendos y se llevan a la iglesia, mientras que en casa nos esperan los tradicionales tamales.
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